El surgimiento de nuevas tecnologías y materiales, en un ámbito complejo, abren una incógnita sobre sus tiempos de vida en el mercado.
La serigrafía es una de las técnicas más usadas de la industria, y se ya se ganó un lugar gracias a que supo expandirse y abrirse a nuevos mercados. La calidad y los alcances de esta técnica no son motivo de duda.
Sin embargo, existen varios frentes que atender: la compleja situación actual, una economía dudosa, competencia que no siempre cumple con buenas prácticas y la comercialización de productos económicos de baja calidad con los que la mayoría de las empresas nacionales no pueden competir.
Hay quienes apuntan que la constante aparición de nuevos materiales que requieren de la capacitación e inversión de los industriales termina por obligar a algunos a retirarse del juego. Una solución serían las políticas públicas beneficiosas.
Pero, la serigrafía cuenta con herramientas eficaces. Esta técnica es una de las más amplias y productivas dentro de la industria gráfica. Aunque algunos pusieron en duda su continuidad por el surgimiento de la impresión digital, reforzó su mercado.
Casi cualquier cosa puede ser impresa con serigrafía: la cristalería y el diseño de vajillas, artículos deportivos como palos de golf y pelotas; teclados telefónicos, cables delgados y muchas de las piezas de la industria automotriz. Además, hay mercados donde todavía no existe una competencia real para esta técnica.
Aunque no hubo nuevas tendencias en aplicaciones, las existentes están en continua renovación, como las combinaciones de materiales tradicionales que dan resultados diferentes en cada diseño, junto a la evolución en los alcances de los equipos.
La constitución de las tintas también cambió de acuerdo con las necesidades de los usuarios y los acabados especiales en las tintas tienen mucha demanda.
Más allá de la suerte de tengan cada elemento o método de trabajo, lo cierto es que no hay tiempo ni lugar para dejar pasar las buenas oportunidades del mercado.
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