La impresión sobre corrugados puede ser un elemento de calidad y costos razonables a la hora de encarar el packaging de un producto.
Si bien los envases fueron creados para contener, proteger e identificar los productos, las tendencias del mercado hacia los consumidores lograron ampliar esas funciones hacia propósitos comerciales y los convirtieron en destacados instrumentos de venta.
De esa forma el packaging logró un lugar de preponderancia y se diversificaron la calidad, los diseños, los tamaños y los materiales de los empaques que se transformaron en elementos de primer nivel a la hora de elegir los productos.
Por eso, se empezaron a buscar alternativas para responder más adecuadamente a la relación precio-utilidad y la impresión digital ocupó un en el proceso de producción de envases de cartón corrugado, complementando a la impresión flexográfica, en especial para las franjas de mayor nivel, que exigen alta calidad y cantidades limitadas.
Para producir dicho volumen, los costos fijos de una impresión flexográfica son muy altos e inciden de forma negativa en la ecuación resultante del costo, precio y ganancia, por eso la impresión digital se adecua al proceso, dado que su puesta a punto es reducida, en líneas vinculadas con las bebidas alcohólicas y los productos alimenticios frescos.
Ante fluctuaciones imprevisibles en la demanda de producción, la impresión digital puede responder con una tirada baja en un tiempo razonablemente breve, complementando una planificación de producción en flexografía a mediano plazo para una tirada de mayor volumen.
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