Una empresa de chocolates apeló al diseño de un packaging especial para sus productos, con sabores y colores que van en degradado.
Su sabor se combina con su estética que se traduce en su packaging.
Los chocolates de la empresa japonesa Little Motherhouse se caracterizan por sus sabores y colores vistosos que se combinan en sus barras y que también se reproducen en sus empaques.
Originalmente, las barras son de chocolate blanco hechas con cacao aromático suave, fermentado y cultivado en una granja de Indonesia, que luego se colorizan con frutas, tés y otros comestibles y representan las cuatro estaciones de Japón.
Su sabor se combina con su estética que se traduce en su packaging, las barras de chocolate no tiene un solo sabor o ni se mezclan, sino que van degradando de uno a otro y pueden ser pimienta negra, frambuesa matcha, brandy de cassis, frutillas o jenjibre.
Para Little Motherhouse su cacao fue bendecido por la naturaleza, por lo que no solo cultivan cacao sino una rica cultura alimentaria, por manos de agricultores y artesanos que cuidan las plantas, para ofrecer un chocolate especial lleno de energía de Indonesia.
En esa línea realizaron el diseño de los envoltorios de los 12 sabores del chocolate de la empresa, cada uno con su historia, definición y coloración especial, para anticipar la experiencia de consumo.
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