Se pueden establecer una serie de pautas básicas para elegir el mejor envase y conseguir que los clientes elijan un producto.
Dependiendo del producto a envasar, es primordial seleccionar un tamaño específico y una forma adecuada.
Un envase debe cumplir con una serie de requisitos funcionales, por lo pronto, el producto a consumir tiene que estar protegido de elementos externos, el packaging tenga una buena ergonometría y ofrecer un contenido apropiado con una información correcta.
Es importante que se cumplan estos principios para no correr el riesgo de llamar la atención con un buen diseño pero fallar en lo más elemental: que el cliente decida no consumir de nuevo al no haberse cumplido sus expectativas.
Dependiendo del producto a envasar, es primordial seleccionar un tamaño específico y una forma adecuada. Que sea de fácil manejo y que, sobre todo, cumpla con su función de envase. Otro aspecto significativo será analizar los productos de la competencia directa y estudiar la forma en la que se presentan al mercado.
Una vez escogido el material, el envase deberá pasar distintos controles sanitarios y de calidad como la resistencia en diferencias de presión, de vacío, la presión interna y de presión externas y tener en cuenta cuáles son los cuatro materiales más utilizados en el sector.
El plástico presenta multitud de ventajas ya que permite elegir distintas formas de envase. Es muy resistente a los golpes y a las roturas, cómodo de utilizar, económico y de fácil transporte. Además, son aislantes térmicos y eléctricos.
Papel o cartón son materiales comúnmente utilizados para envasar alimentos secos, líquidos o comidas rápidas. Ambos están hechos de astillas de madera, pero debido a las preocupaciones ambientales, el uso de material reciclado ha aumentado significativamente.
El aluminio tal como el plástico y el papel, se puede reciclar y reutilizar. Es un material rígido, ligero e impermeable. Ofrece fantásticas propiedades que protegen los productos de agentes externos como la luz, la humedad, el oxígeno y los microorganismos. Aunque presenta algunos inconvenientes: como la deformación o el deterioro del envase si recibe algún golpe, es caro y los consumidores no pueden ver el producto en su interior.
El vidrio es ideal para mantener la temperatura del producto. Muy utilizado para líquidos y para aquellos productos que requieran un packaging elegante y distintivo. También es 100% reciclable aunque se rompe fácilmente.
Un envase se debe manejar de una manera sencilla y cómoda, que sea de fácil apertura y cierre y además, que se pueda transportar y almacenar adecuadamente con la tendencia de consumo “On The Go”, predilecta de los más jóvenes, que desean formatos de consumo rápido, individuales y pequeños pero a la vez, que no afecten al sabor o a la calidad. Habrá nás detalles sobre el tema.