Existe el packaging adecuado para cada producto. Aspectos y pautas básicas a tener en cuenta para saber cuál es el correcto.
Existen una serie de pautas claves para elegir el mejor envase para un producto. Lo principal es que el producto a consumir esté protegido de elementos externos, que el packaging tenga una buena ergonometría y que ofrezca un contenido apropiado con una información correcta.
Si no se cumple estos principios básicos, se corre el riesgo de llamar la atención con un buen diseño, pero fallar en lo más elemental: que el cliente decida no consumir de nuevo al no haberse cumplido sus expectativas.
El importante cumplir con nueve aspectos para elegir el envase: tamaño y volumen, el material y su calidad, ergonomía y tipo de impresión.
Respecto a este último punto hay que asegurarse que se trate del más adecuado para el producto selecciodo. Por ejemplo, si es un envase flexible, existen distintos métodos de impresión: el huecograbado o la flexografía.
También hay otros ítems a tener en cuenta: diseño, comunicación, conservación y seguridad, sostenibilidad y coste.
Un aspecto a no olvidar es que el envase se pueda manejar de una manera sencilla y cómoda, que sea de fácil apertura y cierre y además, que se pueda transportar y almacenar adecuadamente. Una tendencia de consumo apunta a formatos de consumo rápido, individuales y pequeños pero a la vez, que no afecten al sabor o a la calidad de la comida.