La tendencia a bloquear anuncios en las páginas webs se ha intensificado. Ahora, un navegador se suma a esta línea. Primero fueron extensiones como Adblock Plus, luego llegaron los navegadores móviles con un bloqueador integrado de serie y, esta semana, Opera Software se sumó a la tendencia integrando un bloqueador nativo de avisos publicitarios en su navegador de escritorio. Es parecido al bloqueo de rastreadores de Firefox, aunque Opera aseguró que va por la publicidad y no sólo por los elementos que rastreen nuestra navegación. Según sus desarrolladores, ese bloqueador de Opera podrá acelerar la carga de las páginas web hasta 90% (40% más rápido que otros navegadores usando extensiones), al impedir los anuncios, que consumen demasiados recursos, y las herramientas que espían hábitos de navegación. Krystian Kolondra, vicepresidente de Ingeniería y Jefe de Opera, afirmó que “la publicidad permite que muchos servicios en internet sean gratuitos para los usuarios. Pero, según el estudio que hemos realizado, la mayoría de las páginas web hoy en día se ralentizan significativamente debido a que los anuncios son demasiado pesados, y esto no nos gusta. Queremos que la web sea un lugar mejor para todos nosotros, como usuarios”. «La creciente demanda de herramientas de bloqueo de anuncios nos dice que el enfoque actual de la publicidad en línea perjudica la experiencia en línea de los usuarios. Interrumpe la navegación, ralentiza el navegador, y en Opera queremos solucionarlo”, sentenció el ejecutivo. El incremento del uso de los adblockers venía agitando el sistema digital, poniendo en jaque el entorno en el que trabajan compañías editoriales y anunciantes. Los usuarios recurren a estos mecanismos para bloquear la publicidad que predomina por la web, con la intención de navegar de una manera menos intrusiva. Adblock Plus garantiza a los editores no bloquear su publicidad a cambio de crear anuncios bajo un sistema de publicidad aceptable. De esta forma, la labor que caracteriza a los adblockers queda en entredicho puesto que se erigen como herramientas que sirven de ayuda a los usuarios contra la publicidad online, cuando en realidad si permiten la inserción de aquellos anuncios diseñados bajo sus criterios. Otro tipo de bloqueadores que funcionan bajo un modelo ‘freemium’, como Disconnect y 1Blocker, llaman la atención de los usuarios por permitir la descarga gratuita de estos softwares. Pero después cobran ciertas cantidades económicas a los usuarios por la realización de otros servicios más avanzados. Pero, fueron algunos medios los que han contribuido a la aparición de los adblocker, luego de eludir el pacto tácito entre editor y lector, en el que el primero permite el acceso gratuito e ilimitado a los contenidos, a cambio de que el segundo acepte algo de publicidad que pague los costos. Cuando los editores vieron que los ingresos por publicidad online no eran suficientes, aparecieron temas de dudoso valor informativo para cazar clicks en Google y Twitter y los formatos de publicidad intrusiva que dificultan o impiden la lectura de los artículos que el lector, valora. Avisos a página completa que interrumpen varias veces la navegación, vídeos que se reproducen solos y otros ejemplos hicieron que los adblockers cobren popularidad. El lector no tapaba la publicidad con la mano mientras leía su periódico en papel y al editor tampoco se le ocurría poner los anuncios encima de los contenidos. La red tiene otros códigos. 19 de marzo de 2016 – ep