Imprimir con paleta de colores fija aporta ventajas a la cadena suministro, que deberían tenerse en cuenta en un momento en que las empresas siguen preocupadas por reducir costos. La ventaja del proceso es que reduce la cantidad de números de referencia de almacén en toda la cadena de suministro. Para las grandes marcas, usar entre treinta y cincuenta colores directos no es raro, pero representa más inventario, logística más compleja, más recursos de compras y administración. Al disminuir las tintas a un número muy bajo mediante el diseño avanzado de una gama cromática ampliada, la cadena de suministro se achica. Además, se generan menos mermas en la cadena de suministro, se usan menos soportes y se producen menos residuos. En una máquina flexográfica, se usan unos 15 litros de disolvente para lavar cada color. Este gasto se elimina, lo que reduce la emisión de compuestos orgánicos volátiles y disminuye la huella de carbono de la fábrica. Otra ventaja de usar una paleta de colores fija es que permite mejorar la uniformidad de la impresión. Cada color directo que imprimimos aumenta la probabilidad de desviación y variación de la especificación cromática. En tintas flexográficas, muchos pigmentos varían en cuanto a la pureza y la especificación según su origen, y puede ser difícil obtener formulaciones precisas y repetibles. Asimismo, los proveedores son de distintas partes del mundo, por lo que es posible que las tintas presenten diferencias al imprimirse. Con la impresión de paleta de colores fija, el operario no tiene que ajustar el color directo. Debido a que los colores directos pueden desviarse más que los colores estándares de cuatricromía y requieren control constante, es más fácil controlar los colores. Otra ventaja es que se puede sacar un mayor rendimiento de los colores corporativos. Como el color se dispone en capas, a diferencia del color directo, que se coloca a partir de un único cilindro, se obtienen colores planos homogéneos, sin motas de sobreimpresión de tinta en varios colores. Si a la cuatricromía le añadimos el naranja, el verde y el violeta (o el azul), las impresiones son más vivas. Además, ofrece la posibilidad de combinar colores más llamativos para producir envases de gama alta. Si se usa una paleta fija con cuatro tintas, solo se necesita una cantidad reducida de colores y la impresora tiene espacio para tintas especiales y barnices como los termocromáticos, los perlados o con textura. Finalmente, se acorta el ciclo de comercialización de diseños nuevos de la gama de productos; cuando se desarrolla un envase nuevo, el fabricante ya tiene los materiales para producirlo. 13/01/2016 ep