Disolventes y diluyentes son compuestos químicos de bajo peso molecular -pueden incluso ser el mismo- con diferentes funciones y momentos de aplicación. Los disolventes son compuestos químicos que se introducen durante la fabricación de la pintura, para mantener todos sus componentes en estado líquido o viscoso. Los diluyentes son los compuestos químicos que se introducen a la pintura previa a su aplicación, para variar la viscosidad y otras propiedades relacionadas con la velocidad de curado que puedan afectar a la funcionalidad y estética de la capa de final. Entonces, cuando se agregue algún producto líquido a un sólido para obtener un producto viscoso, se estará disolviendo; luego, si se le agregase más de ese mismo producto líquido u otro compatible, para aligerarlo más, se lo estará diluyendo. En la pintura, ambos habrán de solubilizar la resina base para llevarla a un estado líquido viscoso y deberán ser volátiles en el momento en que comience el proceso de secado y curado, para evaporarse y no ser parte de la pintura seca. Para elegir ambos se deberá tener en cuenta el poder de solubilidad o solvencia, la viscosidad, el punto de ebullición, la velocidad de evaporación, la toxicidad, el olor y el precio. La función de los diluyentes será ajustar la viscosidad de la pintura en función del método de aplicación y regular el tiempo de secado y evaporación, y evitar problemas funcionales y estéticos. Existen distintos productos que permiten tratar la pintura antes de aplicarla, ayudan a retirar pintura antigua o limpiar herramientas al finalizar el trabajo. Todos ellos son disolventes y se pueden destacar el aguarrás, la acetona, el diluyente celulósico, el sintético y el aceite de linaza.