Las cámaras de seguridad instaladas en comercios, ayudan a disminuir robos o detectar las zonas en las que el cliente se detiene más tiempo y qué mercadería concita su mayor atención. Este tipo de implementos pueden transformarse en un excelente aliado a la hora del control de calidad de atención que se brinda al cliente, con lo que se podrá mejorar el nivel del establecimiento, incluso a la hora de certificar alguna norma. Estos sistemas de video vigilancia pueden proteger a los empleados y clientes y evitar las perdidas materiales, mientras que su instalación en sitios visibles reduce notablemente la cantidad de hurtos. Las cámaras de seguridad dan la posibilidad de observar el comportamiento de empleados y clientes; controlar entradas y salidas de ambos, tender un registro de la afluencia de clientes; vigilar zonas sensibles, como cajas, depósitos, puertas; disminuir las quejas. Estos equipos generan tranquilidad y movilidad, ya que en cualquier momento y, prácticamente, desde cualquier lugar, se puede ver lo que ocurre en las zonas vigiladas, con cualquier sistema con conexión a internet. Con las cámaras será posible, también, hacer un control de stock y mercadería, sobre todo en negocios y comercios donde los clientes acceden y circulan por el interior quedando fuera del alcance de la vista, detrás de góndolas y estanterías. Es recomendable disponer de más de una cámara, ya que al producirse el robo, el ladrón intentará librarse de ellas, por lo que se busca cubrir todo el espacio del local, especialmente entrada, caja y zonas con productos de precios más altos o restringidos. La conexión a internet permitirá al responsable visualizar en directo lo que esta ocurriendo en el establecimiento y, además de vigilar, ayuda a mejorar la calidad del servicio que se ofrece y detectar las zonas en las que el cliente se detiene más tiempo y qué mercadería concita su mayor atención.