Los objetos de vidrio estampado pueden ser una buena alternativa para agasajar empresarios o potenciales clientes. La mayoría de las empresas buscan dejar una marca, y no solo en el mercado del cual participan. También quieren estar presentes en las acciones diarias de sus clientes, a través de bolígrafos, ceniceros, llaveros o distintos accesorios tecnológicos. Obsequiar un objeto de calidad con el nombre de la compañía en la cual se trabaja, puede ser el inicio de una excelente relación. Una alternativa a la que se suele recurrir es estampar un vaso o taza de vidrio con la imagen que se quiera imponer. Esa técnica requiere de un proceso que demanda diferentes técnicas en artesanía en vidrio. El esmerilado el cristal consiste en una alteración sobre esa superficie mediante un abrasivo llamado esmeril. Este tipo de esmerilado permite dar a la superficie una cierta opacidad que puede presentarse como acabado final o se puede abrillantar para conseguir otro efecto. Para la serigrafía en el cristal, se utiliza una pintura cerámica con aceite de pino con el fin de darle la viscosidad adecuada. Una planta procesadora de vidrio plano maneja un proceso de serigrafía automático con capacidad para procesar esténcils a razón de 500 piezas por hora. Con este método se logra una alta calidad de impresión y garantiza la permanencia de la pintura. El proceso mejor conocido como grabado con chorro de arena se realiza con arena silica, la cual es lanzada a presión sobre la superficie del cristal, provocando el desprendimiento de pequeñas partículas y opacando la superficie al mismo tiempo. Mediante enmascarillados, se pueden lograr diseños donde se combinan zonas de transparencia y opacidad, así como distintas profundidades resultando un cristal de bella apariencia. Para comenzar el grabado se deberá tener en cuenta, entre otros factores, que el diseño o dibujo a realizar esté definido y el cristal deberá de cubrirse o enmascarillar con un material que se adhiera y que no se dañe al recibir el impacto de la arena. En cuanto al diseño, tiene que ser dibujado sobre la cinta adherida en el cristal, y con una navaja se delinean los contornos del dibujo para poder ir desprendiendo la cinta. Esta operación se repite a medida que se trabajan las figuras de distinta profundidad.