Internet, como espacio para la exhibición de productos para comercializar, puede anunciar el final de las vidrieras de los locales comerciales.
Esta tendencia, que podría parecer de ciencia ficción, ya comenzó a hacerse notar en algunos lugares. En Nueva York o Londres hay algunos locales a la calle que tomaron la arriesgada decisión de eliminar sus vidrieras, luego ver qué es lo que atrae a los consumidores.
Los responsables de esos comercios llegaron a la conclusión de que internet es una vidriera llena de productos con sus precios y detalles, por lo que sería redundante volver a ofrecer ese tipo de información a los clientes, desde la fachada del local.
Según su análisis, los consumidores hoy tienen la posibilidad de buscar productos y comparar precios desde su teléfono celular, su tablet o sus computadoras, lo que haría innecesaria la exhibición de mercadería. Entonces, optaron por poner en el frente de su local una pared negra, un solo producto y ningún precio.
Sin embargo, todavía no se terminó la costumbre de salir a caminar y mirar vidrieras, por lo menos algunos rubros continuarán con esa costumbre y otros la irán abandonando, pero de a poco. Esto último no significa que las cosas no estén cambiando y que las señoras deban apuntar otra idea para pasear.
Hasta hoy, los comercios llenaban sus vidrieras con productos y precios y, en el mejor de los casos, tratar que sea lo más atractiva posible, en competencia con los otros comerciantes del rubro.
Pero, algunas marcas entendieron que el mercado está cambiando, porque el cliente puede conseguir información y precios en otros lados, en especial la web y cuando llega al local lo que busca es buena atención, servicio, experiencias.
Las vidrieras estáticas y sin valor artístico no generan la atención y, como la inversión inmobiliaria para tener un punto de venta y una vidriera son cada vez más altas, la pregunta es qué deben hacer los puntos de venta con sus vitrinas para seducir.
Los comerciantes tendrán que entender a sus clientes y ver qué hacer para que no pasen de largo frente al negocio. Así, las vidrieras seguirán existiendo, pero tendrán que cambiar para llamara la atención y convencer a los transeúntes de que ingresen al local.
Una alternativa podrían ser las vidrieras táctiles o la presentación de hologramas, entre otras opciones menos tecnológicas, pero creativas para tentar al cliente a que entre al local y, una vez adentro, ofrecerle una experiencia diferente, con aromas, sonidos, luces y otras sensaciones para que permanezca y vuelva.
ep