En los cosméticos se utilizan sofisticados frascos y recipientes de vidrio impresos que tienen más valor que su contenido. Con un frasco lindo, se vende más. Por mejor que sea el perfume, un frasco feo es muy dificil que venda. Pero, además, da la posibilidad de lograr envases personalizados, donde el formato común sería el de los recipientes, pero los textos e imágenes impresos cambiarían según el cliente que estuviera dispuesto a pagar por ese servicio. Esta sería una práctica común ya, de no ser que imprimir sobre vidrio no es fácil, ya que debe el contacto con el alcohol y la fricción, debe ser inocua, muy clara y nítida, debido a que los productos cosméticos deben incluir una gran cantidad de texto de cuerpo pequeño, como ingredientes, fecha de vencimiento, código de barras, y deben ser legible. Imprimir sobre una superficie plana es fácil, pero la mayoría de frascos son redondos. Algunos productos van en recipientes grandes y otros, en envases pequeños y redondos, como el rímel o la base y son obstáculos a superar; otro inconveniente es que las tapas, en general, son de plástico. La técnica de impresión sobre vidrio ha sido tradicionalmente la tampografía, lo que exige una impresión para cada color, por eso muchos productos de perfumería están impresos con un solo color, usar más llevaría a alinearlos y usar tramas de medios tonos, además de las dificultades de registro. Más complicado sería en un objeto redondo Hoy hay tintas y barnices de imprimación diseñadas para imprimir sobre vidrio, pero los frascos se mueven a través de las máquinas de llenado después de haberse impreso, así que siempre existe el riesgo de que sufran arañazos. Para evitarlo, se pone mucha tinta al recipiente Con sistemas de impresión digital se podrían eliminar la mayoría de estos problemas, ya que permiten imprimir 16,8 millones de colores en modo de tono continuo; se puede añadir una capa de barniz para proteger la impresión y personalizar cada frasco; al imprimirlos a demanda, no necesitan tirajes largos, lo que ahorra en inventario. Pero, en el mundo hay más de cincuenta estándares para el etiquetado de cosméticos. Los idiomas, la normativa legal y el tipo de impresión varían. Producir pocos envases y personalizarlos lleva a altos costos. 12 de abril de 2016 – ep