Los desarrollos del internet de las cosas en las compras podrán llevar a los retails a realizar la oferta justa para cada comprador.
Los avances tecnológicos y el internet de las cosas (IoT) han prometido una serie de ventajas en casi todas las ramas de la industria, y la del retail no es ajena a esas previsiones. Por el contrario, han sido varios los desarrollos para facilitar la evolución de los puntos de venta.
Entre los últimos desarrollos se previeron la posibilidad de que un dron siga al cliente en su compra para facilitar y mejorar el desempeño del local y ayudar al comprador en su jornada. Otra posibilidad prevista fue la de la compra en locales virtuales, donde las imágenes reemplazan a los productos que luego serán entregados en la caja.
En general, estos diseños han sido patentados por las cadenas y puestos en uso en algunos pocos de sus locales, más como forma de atracción del público que como aplicación definitiva. En tanto, la mayoría de los desarrollos con posibilidades de éxito apuntaron hacia el desempeño del carrito de compras.
Entre los carritos se han desarrollado, fundamentalmente, los que calculan los gastos a medida de que la mercadería es colocada en ellos y los que van siguiendo el paseo del cliente por el predio para orientar su compra.
El último carrito “inteligente” patentado fue desarrollado por Aaron Vasggard, Nicholaus y Matheu Jones y Kurt Bessel para Wallmar, y se trata de un sistema y método para entablar una relación biomecánica entre el comprador y el propio retail.
En síntesis, el carro tiene una serie de medidores que van registrando desde varios indicadores biológicos del cliente –entre ellos: temperatura, presión sanguínea, pulsaciones- con los cuales los responsables de la tienda podrán conocer y prever las cargas emocionales del comprador durante su recorrido para mejorar la oferta e impulsar la adquisición de ciertos productos.
ep