Los trabajos muchas veces requieren integrar elementos provenientes de distintas fuentes, lo que dificulta que los colores mantengan una apariencia única. Para mantener la apariencia de uniformidad de los colores será necesario conocer y editar los recursos de los dispositivos, perfilar diferentes soportes para las máquinas y generar perfiles comunes entre los soportes; lo que dará importancia al gamut de cada uno de ellos. En inglés, gamut es la proporción del espacio de color que puede representar un dispositivo o proceso, debido a las limitaciones físicas que hacen imposible que cualquier dispositivo reproduzca toda la información de color visible por el ser humano. Por eso, es de esperar que el dispositivo pueda reproducir los colores con la máxima fidelidad posible y, sobre todo, mantener la misma colorimetría de trabajo a trabajo en el tiempo. Además, el color a reproducir tiene que ser impreso por diferentes equipos, por lo que se requerirá normatizar el color a un estandar determinado o normativa propia. Dentro de los estándares más comunes, están los establecidos por el Internacional Color Consortium, que desde 1983 agrupa a empresas gráficas y electrónicas, para la creación de un sistema de gestión de color universal, que pueda trabajar bajo cualquier sistema operativo o aplicación, y la creación de las normas de la ISO como la 12647 referidas a la industria gráfica. Después, habrá que tener en cuenta que los diferentes dispositivos han de tener un espacio de color común, para que las diferencias sean mínimas; y mantener esa fidelidad de color en todos los dispositivos dentro del mismo espacio de color, sabiendo que la tirada media de offset es mayor que la de una máquina digital, por lo que los ciclos de calidad de color de una y otra, serán diferentes. Para eso, los dispositivos tienen herramientas de ajuste de colorimetría y su mantenimiento en el tiempo. En un mismo fichero podrá haber imágenes de fuentes de color RGB, CMYK, Pantone, SWOP u otras, por lo que habrá que normalizar todas esas fuentes, para que en las siguientes transformaciones el resultado sea el mismo. Para lograrlo, existen herramientas suficientes para automatizar y facilitar los procesos de color. Están los espectrofotómetros para offset, digital, flexografía, sin tener que utilizar uno concreto para cada tipo de impresión. Se utilizan aplicaciones que generan de manera automática estos perfiles entre dispositivos y los optimizan a los distintos tipos de soportes Finalmente, habrá que cuidar los trabajos y dispositivos, calibrar a menudo las impresoras, tener perfiles de los papeles en uso, utilizar diccionarios de color para editar librerías de colores planos, etcétera, pero con las herramientas adecuadas, la fidelidad y consistencia de color es posible.