La historia de dos de las marcas de gaseosas más conocidas muestran el porqué de sus envases y mensajes de campañas.
Hay productos que no se pueden separar de sus envases tradicionales, Coca-Cola y su botella de formas curvas son uno de ellos, aunque, al ser creada en 1886 en Atlanta, por el farmacéutico John Stih Pemberton, empezó a comercializarse como bebida para llevar a cinco centavos el vaso.
Pero tampoco se llamaba Coca-Cola, ya que fue Frank Mason Robinson, el contable de la empresa, quien sugirió el nombre y diseñó el logo con las letras en cursiva que, desde 1887, se ha mantenido casi invariable.
La primera Coca-Cola se vendió en 1894 en Vicksburg (Misisipi), en la tienda de Joseph Augustus Biedenharn, quien, en respuesta a la creciente demanda, instaló en la parte trasera de su tienda una máquina para embotellar la bebida y enviar las cajas con sus botellas.
A medida que el producto se hizo más popular, aumentaron las imitaciones, por eso los primeros anuncios de Coca-Cola advertían a los consumidores sobre las falsificaciones. Por eso, ante la necesidad de ser más reconocible, el 16 de noviembre de 1915, Root Glass Company de Terre Haute diseñó la countor bottle.
Los anuncios fueron tan característicos como su botella y, durante años han estado acompañados de eslóganes, ilustraciones y canciones publicitarias perennes. “Pause That Refreshes! Tiene casi un siglo de historia ya que apareció por primera vez en The Saturday Evening Post en 1929. También fueron famosas las ilustraciones de Norman Rockwell para Coca-Cola.
Muchos años después, en 1941 en Alemania, Max Keith, un embotellador de Coca-Cola, tuvo que interrumpir las importaciones debido a la guerra, para no cerrar el negocio inventó una nueva bebida con un número limitado de ingredientes que tenía disponibles: cáscaras de fruta, fibras y pulpa de manzana, azúcar de remolacha y suero de leche y lo llamó Fanta.
En 1955, la bebida se empezó a producir en Italia, más concretamente en Nápoles, donde las naranjas se convirtieron en el ingrediente simbólico, pocos meses después se lanzó la “ring bottle” con vidrio acordonado.
Los eslóganes que acompañaban las primeras campañas publicitarias se centraban en la autenticidad de la bebida. Dado su gran éxito, en 1958 The Coca-Cola Company compró los derechos de esa bebida chispeante, por eso en los primeros anuncios aparecían personajes de dibujos animados en un mundo de fantasía.
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