La clave está en usar el tipo de embalaje correcto de acuerdo con los requerimientos que optimicen sus procesos.
El mercado demanda una industria amigable con el ambiente en toda la cadena de suministro.
No existe una variable «clara» que determine qué tipo de embalaje es el mejor para cada cadena de suministro, las condiciones del ciclo de envío y las necesidades específicas determinan cuál usar y la clave está en el que satisfaga los requerimientos que optimicen sus procesos.
La industria de cartón corrugado realizó un estudio que reveló que el embalaje retornable es favorable cuando los precios del cartón ondulado son altos, las distancias de retorno son cortas y conllevan bajos gastos de transporte de regreso, se requiere poco o ningún lavado, la vida útil del envase es larga, la demanda de productos es constante, la carga útil de entrada/salida es comparable y por supuesto, la sostenibilidad.
El mercado demanda una industria amigable con el medio ambiente en toda la cadena de suministro, pero aunque los envases sean sostenibles, pueden ser muy costosos para las empresas, mientras los gobiernos aplican políticas que prohíben los materiales no sostenibles.
Pese a una preocupación por la sostenibilidad y por cumplir con la tendencia «verde», puede que no sea posible un circuito de retorno y los envases descartables sean beneficiosos cuando el tramo logístico es largo, muchas piezas separadas van en una sola caja, los productos se envían a gran distancia, el envío es unidireccional y la ruta es poco frecuente.
Estos envases no son necesariamente solo de residuos, ya que muchos de los materiales son aprovechables por otras compañías, algunos pueden revenderse o reciclarse y deshacerse de ellos puede generar costos y trabajo adicionales, incluyendo las tasas de eliminación y el valor del transporte hasta su destino final.
A la hora de decidir entre envases fungibles o reusables, la prioridad debería ser un envase que reduzca los costos totales de la cadena de suministro, minimice el reempaquetado y disminuya los daños y se debería tener en cuenta la mano de obra que conlleva el desembalaje y la recarga del producto.