Las aplicaciones para los móviles deben ser sencillas, atractivas y generar la mayor cantidad de descargas.
Los desarrolladores de aplicaciones deben contar con recursos que hagan que sus creaciones obtengan millones y millones de descargas y que acaben traducidas en usuarios activos. Para ello, el diseño juega un papel fundamental: por muy útil que sea, si no resulta sencilla, si los usuarios no logran entender su funcionamiento y navegar de forma intuitiva, acabará desinstalada.
Un ejemplo de app que ganó más adeptos a nivel global es Uber. Lo que primero nos encontraremos será la barra para indicar la dirección a la que queremos viajar. Ni siquiera hace falta que aparezca un mensaje para indicarnos cómo proceder. Mientras otras apuestan por mensajes cargados de texto a modo de letreros o pop-ups, Uber ha optado por hacerlo de un modo visual y atractivo.
Competir con WhatsApp no es sencillo. No obstante, hay aplicaciones que han hallado el modo de plantársele. Y su fórmula no ha sido otra que apostar por esos elementos que no incluye la app de mensajería instantánea. Telegram ha tratado de ganar la batalla apostando por lo visual. Esta aplicación de origen ruso, además de centrarse en la privacidad, pensó que la apuesta emojis muchos más divertidos podía ser la clave para ganar terreno frente a WhatsApp.
La diferenciación en el diseño surte efecto a la hora de atraer usuarios y lograr que se queden. Citymapper, con muchas aplicaciones similares disponibles tanto en Google Play como en la App Store, ha conseguido diferenciarse con una potente imagen de marca, creando personajes característicos para todas y cada una de las ciudades en las que están presentes y con un diseño que todo aquel que ha utilizado la app en alguna ocasión identifica a la primera.
Aunque la fórmula secreta de las aplicaciones más famosas del mundo esté a la vista de todos, hace falta algo más que replicar sus aciertos para conseguir millones de descargas y usuarios activos. La diferenciación es clave.
Es posible imitar sus virtudes en materia de diseño y aplicarlas a un servicio diferente (caso de Uber, por ejemplo) y también se puede competir por el mismo público cambiando la apuesta visual (como lo ha hecho Telegram). En cualquier caso, con una competencia tan feroz como las tiendas de aplicaciones, no queda más salida que arriesgar.
Un ejemplo de app que ganó más adeptos a nivel global es Uber. Lo que primero nos encontraremos será la barra para indicar la dirección a la que queremos viajar. Ni siquiera hace falta que aparezca un mensaje para indicarnos cómo proceder. Mientras otras apuestan por mensajes cargados de texto a modo de letreros o pop-ups, Uber ha optado por hacerlo de un modo visual y atractivo.
Competir con WhatsApp no es sencillo. No obstante, hay aplicaciones que han hallado el modo de plantársele. Y su fórmula no ha sido otra que apostar por esos elementos que no incluye la app de mensajería instantánea. Telegram ha tratado de ganar la batalla apostando por lo visual. Esta aplicación de origen ruso, además de centrarse en la privacidad, pensó que la apuesta emojis muchos más divertidos podía ser la clave para ganar terreno frente a WhatsApp.
La diferenciación en el diseño surte efecto a la hora de atraer usuarios y lograr que se queden. Citymapper, con muchas aplicaciones similares disponibles tanto en Google Play como en la App Store, ha conseguido diferenciarse con una potente imagen de marca, creando personajes característicos para todas y cada una de las ciudades en las que están presentes y con un diseño que todo aquel que ha utilizado la app en alguna ocasión identifica a la primera.
Aunque la fórmula secreta de las aplicaciones más famosas del mundo esté a la vista de todos, hace falta algo más que replicar sus aciertos para conseguir millones de descargas y usuarios activos. La diferenciación es clave.
Es posible imitar sus virtudes en materia de diseño y aplicarlas a un servicio diferente (caso de Uber, por ejemplo) y también se puede competir por el mismo público cambiando la apuesta visual (como lo ha hecho Telegram). En cualquier caso, con una competencia tan feroz como las tiendas de aplicaciones, no queda más salida que arriesgar.
EP