En arquitectura y construcción, una marquesina es una cubierta sobre una puerta, un porche o una ventana, que debería servir como refugio ante las inclemencias del clima. Las marquesinas, que generalmente son utilizadas en exteriores para identificar locales comerciales o construcciones especiales, suelen ser rectangulares de una, dos o tres piezas, o semicirculares. Los materiales más utilizados para su estructura son generalmente metales o hormigón armado y, algunas veces, madera. En muchos casos, las marquesinas son sostenidas por soportes, que pueden constituirse en volutas decorativas, con lo que es posible encontrar algunas muy trabajadas, con estructura artísticas (en general, metálicas), sobre todo en las entradas a estaciones, teatros, hoteles, cafés. Para los locales comerciales, las marquesinas se complementan con la colocación de letreros con la marca iluminados para favorecer su identificación y generar un espacio agradable al público. Para eso se utilizan carteles backlight, muy atractivos en la vía pública, tanto de día y como de noche. Son llamativos y generan un gran impacto visual. Van acompañados de un buen diseño para atraer al público. El material más utilizado para la fabricación de este tipo de marquesinas es el hierro, ya que por su dureza es usado en, aproximadamente, 95% de las estructuras del mercado; el metal que le sigue es el aluminio, un noble, liviano y duradero, que suma la ventaja de que, al no ser atacado por la corrosión, no requiere mantenimiento. Más económico e indicado para la realización de grandes producciones son los carteles frontlight, cuya ventaja son los menores costos de sus materiales de construcción. Estos se pueden ajustar a cualquier tipo de formato y, al igual que los backlight, se pueden realizar en hierro o aluminio. Hay marquesinas con techo, con estructuras de caño, de materiales rígidos o lonas, con desagüe y cielorraso en diversas terminaciones, que pueden tener iluminación ambiental.