Los envíos de productos pueden representar algunos problemas, por lo que elegir los elementos de protección internos es un desafío.
El plástico de burbujas antiestático es idóneo para aparatos electrónicos como móviles, tablets, ordenadores o televisores.
El impulso del comercio electrónico y las ventas de fin de año hicieron cada vez más necesario contar con un buen relleno para embalaje, ya que cajas, bolsas, sobres y estuches sirven para albergar el contenido; y las cintas adhesivas, flejes, colas y films para cerrar correctamente el paquete, pero el relleno es el protector de la mercancía.
Su función principal es asegurar que los objetos llegan en buen estado, dado que ejerce un triple efecto. Al suprimir los espacios vacíos, evita que los objetos se desplacen dentro del embalaje que los contiene debido a los movimientos derivados del transporte.
También, absorbe los golpes, impactos y vibraciones para que no comprometan la integridad de los productos, y se trata de una capa adicional que separa el contenido de posibles agresiones exteriores, como humedad, polvo o suciedad.
Materiales tradicionales
El plástico de burbujas en rollo como relleno para embalaje está aconsejado para aquellos productos que tienen ángulos pronunciados o cortantes (muebles, cuchillos…) y para elementos frágiles que se pueden quebrar o romper con cierta facilidad (vajillas, cristalerías…), sobre todo si constan de varias piezas. También existe plástico de burbujas antiestático, idóneo para aparatos electrónicos como móviles, tablets, ordenadores o televisores.
Si hubiera espacios vacíos de morfología irregular dentro de las cajas, se optará por los chips de EPS como relleno para embalaje, ya que estas partículas contribuirán a compactar el contenido del paquete y a prevenir desplazamientos indeseados. Constituyen un excelente complemento para el envío de productos frágiles en cuya protección se emplee también el plástico de burbujas en rollo o en bolsas.
Cuando el producto es especialmente delicado, los chips de relleno son una solución de bajo coste, original y de alto atractivo estético para lograr una seguridad adicional. No obstante, también son susceptibles de ofrecer una imagen alejada de la conciencia medioambiental.
El plástico de burbujas es una solución popular y muy eficaz para productos frágiles, pero cuando estos cuentan con superficies pulidas o con brillo (caso, por ejemplo, de un espejo o de un objeto de mármol) es mejor optar por la espuma en film o en bolsas. El plástico de burbujas puede dejar marcas en las superficies delicadas, mientras que la espuma de relleno para embalaje es mucho más suave y respetuosa.