En el envasado de los alimentos se pueden utilizar plásticos multicapa o monocapa, cada con sus características.
El reciclaje del envase plástico multicapa es muy costoso y en muchos casos no se realiza.
El proceso de reciclado de los envases depende, fundamentalmente, de los materiales utilizados en su fabricación, con lo que se establecen dos tipos de empaques: el de plástico multicapa y el monocapa.
El multicapa es muy utilizado en la industria alimentaria y se caracteriza por estar formado por una serie de láminas cada una de ellas con una finalidad distinta.
Este tipo de plástico puede tener hasta seis capas, siguiendo un orden establecido: polietileno de baja densidad, cartón, polietileno de baja densidad, aluminio, polietileno de baja densidad y polietileno interno de baja densidad.
El polietileno lo hace impermeable, permite unir las otras capas y protege el producto. El cartón, da cuerpo y permite la impresión. Y el aluminio hace de barrera bloqueando el paso de la luz, el oxígeno y el vapor.
El reciclaje del envase plástico multicapa es muy costoso y en muchos casos no se realiza. Por lo que en las plantas de clasificación acaban como fracción mezcla o contaminando el resto de los materiales.
Para contrarrestar esta situación se busca mejorar las técnicas actuales de reciclado de los envases alimentarios multicapa, para optimizar la calidad de los materiales resultantes y obtener poliamidas, un polímero que se utiliza como fibra sintética y en la fabricación de materiales plásticos.
Pero estas estructuras plásticas multicapa no se reemplazan en la industria alimentaria debido a que proporcionan múltiples ventajas para el sector del envase.
Entre esas ventajas se destacan que son livianas, con el consiguiente ahorro económico y ambiental en su fabricación y transporte; son muy funcionales y proporcionan una barrera que favorece la conservación de los alimentos y garantiza su seguridad.
Por el contrario, los envases monocapa están elaborados de un sólo material plástico. Por lo que el proceso de reciclado es mucho más sencillo y económico. También permite la reducción en el consumo de energía y recursos durante el proceso de fabricación.
Sin embargo, su utilización en la industria alimentaria está muy limitado, porque no proporcionan el efecto barrera de los plásticos multicapa.
