La evolución de esta técnica expresa las múltiples posibilidades de su uso y las distintas opciones disponibles.
El mantenimiento y cuidado de los equipos juegan un papel crucial en su calidad de impresión y la vida útil.
Si consideramos el tiempo transcurrido desde finales de la década de 1980 hasta hoy, es fácil percibir cómo ha evolucionado la industria, especialmente la relacionada con la impresión de objetos tridimensionales. En aquella época, la tampografía competía con tecnologías como la estampación en caliente y la serigrafía, y todos sabemos cómo ha evolucionado hasta el día de hoy.
Según una publicación de Visión Digital, esta técnica es un proceso de impresión indirecta, donde una almohadilla de silicona recoge y deposita los gráficos a imprimir desde un cliché placa grabada. Este proceso implica una fase preparatoria, que va desde la realización gráfica hasta el desarrollo del cliché.
Se utilizan tintas a base de disolventes, específicamente diseñadas para satisfacer todos los materiales del mercado. También se llegan utilizan tintas UV, dependiendo el tipo de aplicaciones que se requieran, como el tipo de cobertura que tendrá y, especialmente, la resistencia reducida a las pruebas en diferentes tipos de materiales, la escala de colores es limitada.
La introducción de sistemas herméticos, que reemplazan las bandejas abiertas, como contenedores de tinta, llevó a una considerable simplificación del proceso de impresión, que, combinado con sus posibilidades de aplicación, ha convertido a la tampografía en la técnica más utilizada en los principales sectores de la industria.
Es adecuada para imprimir desde uno hasta varios colores sólidos, medios tonos o colores en proceso con una definición de impresión óptima de líneas delgadas en objetos con forma. Durante varias décadas se ha consolidado en el sector industrial y se ha adaptado a lo largo del tiempo a los cambios en el mercado.
Maximización
Actualmente se usan máquinas flexibles, equipos modernos y eléctricos, donde los movimientos son controlados numéricamente. Esta elección no sólo se debe a una mayor eficiencia energética, sino también a mayores rendimientos y flexibilidad de aplicación en comparación con las máquinas de accionamiento neumático.
Ofrecer al cliente máquinas automáticas que procesen las piezas desde la carga hasta la descarga, con sistemas de control de calidad y procesos digitales, permite maximizar el rendimiento, reduciendo los desperdicios a cero.
En cuanto a las tintas y solventes utilizados en la tampografía, existen diversas opciones disponibles en el mercado. Las tintas utilizadas en este proceso deben ser altamente viscosas para asegurar una transferencia adecuada desde la plancha de impresión al objeto. Además, deben ser capaces de adherirse a una variedad de materiales y secarse rápidamente para evitar borrones o manchas. Las tintas solventes, suelen utilizarse para aquellos objetos que son compatibles y permiten una limpieza efectiva de los equipos y planchas de impresión.
El mantenimiento y cuidado del equipo juegan un papel crucial en su calidad de impresión y vida útil. Se recomienda realizar limpiezas regulares, tanto de las planchas de impresión como de los tampones de silicona utilizados en el proceso. Además, es clave tener un programa de mantenimiento preventivo y seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto al almacenamiento y manipulación de las tintas y solventes.