El interiorismo comercial consiste, en gran medida, en crear un ambiente que produzca en el cliente sensaciones concretas con cierta estrategia.
El diseño interior debe adaptarse y personalizarse según el tipo de negocio y sus necesidades.
La idea elemental que subyace detrás de todo esto es que un local que va a alojar un negocio debe tener una hoja de ruta y una estrategia, y el interiorismo comercial debe ser parte de esa estrategia.
Como siempre, no se puede utilizar una misma táctica para todo, ni emplear un interiorismo común a cualquier tipo de negocio. De hecho, es todo lo contrario, el diseño interior debe adaptarse y personalizarse según el tipo de negocio y sus necesidades.
Cada espacio comercial busca acceder a públicos distintos. Por lo tanto, la forma de llegar a los usuarios debe ser distinta. Y el interiorismo comercial debe reflejar esa diferenciación.
Es básico que el profesional entienda en profundidad ante qué tipo de comercio se encuentra, y comprenda la visión tanto del sector como del mismo negocio. La razón radica en que el interiorista debe tener la capacidad de transmitir a los demás usuarios cuál es la filosofía, la misión y la visión del negocio con el diseño de los espacios interiores.