Organizar un local comercial puede tener algunas implicancias de parte de los diseñadores a partir de que los visitantes tengan una experiencia memorable.
La primera de estas áreas consolida la zona de atracción al ser lo primero que se ve al ingresar.
Consolidando un trabajo integral junto a otras disciplinas como el diseño gráfico, el diseño de indumentaria, el diseño industrial, la publicidad y el marketing, puede establecerse una pequeña zonificación en los espacios comerciales.
La primera de estas áreas consolida la zona de atracción al ser lo primero que se ve al ingresar y desde donde las vidrieras, mesas delanteras y todo aquel equipamiento que se presente debiera buscar captar la atención de los clientes ofreciendo, por ejemplo, las promociones disponibles y/o los últimos productos arribados.
Posteriormente, se ubica un área de participación que da lugar a la búsqueda de productos, el filtro de selección de los usuarios, la verificación de detalles y consultas con los asesores de ventas, y donde también se encuentran los probadores.
En ese sector, la disposición de determinados equipamientos de exposición ofrece la posibilidad de almacenar algunos paquetes de productos.
Por último, se presenta la zona del cierre que reúne al área de pago y empaque que complementa la experiencia de compra. Es ahí, donde se ubican los productos de “compra impulsiva” o elementos complementarios que, según el rubro, pueden incluir bisutería, maquillajes, artículos de temporada, golosinas.
Entendiendo el comportamiento de los usuarios y contemplando las diferentes formas de organización que pueden desplegarse en estos espacios, el universo de estrategias disponibles es muy amplio e involucra desde tópicos de comercialización y visibilidad hasta funcionalidad y habitabilidad.