A la hora de sublimar, las tintas y la impresora se llevan el lugar más importante; el papel no es responsable de mejoras ni fallas.
El papel de sublimación es el mismo independientemente del artículo a intervenir.
La sublimación es una técnica muy económica y fácil de realizar que permite decorar con fotografías y diseños gran cantidad de artículos. La técnica consiste en imprimir el diseño en un papel de sublimación, colocarlo sobre el producto y aplicar calor y presión con una plancha transfer.
En la sublimación, el papel actúa como transportador de la tinta y debe permitir la máxima definición por puntos del diseño y a su vez permitir la máxima transferencia de la tinta al aplicar calor y presión. Esta función la cumplen todos los papeles de sublimación.
La clave del éxito en la sublimación depende poco del papel y sobre todo del modelo de impresora y las tintas de sublimación. Lo importante es elegir un modelo de impresora para el que existen tintas de sublimación de calidad, porque de este modo el fabricante de las tintas de sublimación podrá facilitar gratuitamente el perfil de color específico para el modelo de impresora y la marca de tintas. No es recomendable utilizar una impresora de oficina, que ya ha sido utilizada con tintas inkjet corrientes.
Existen técnicas como el papel transfer, en las que el papel es un factor fundamental en el resultado final del estampado, pero en la sublimación, solo cumple la función de transportar el diseño hasta el artículo personalizable.
El papel de sublimación es el mismo independientemente del artículo a intervenir. La sublimación sobre textil permite menor definición que sobre artículos rígidos, por eso se pueden usar papeles de menor calidad. Hay que evitar que el papel acumule humedad.
En resumen, los ingredientes más importantes para el éxito en la sublimación son el modelo de impresora y el tipo de tintas que selecciones.
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