Los exhibidores punto de venta tridimensionales aparecieron en 1910, y los displays con imágenes fotográficas a todo color lo hicieron a finales de 1920. Con el desarrollo de nuevas técnicas y materiales plásticos, los displays punto de venta (P.O.P.) comenzaron a producirse en una variedad de estilos para prácticamente cualquier producto de consumo. Los plásticos coparon el sector por ser fáciles de trabajar y moldear; bajo costo de producción; baja densidad; impermeables; aislantes eléctricos, acústicos y térmicos, aunque la mayoría no resisten temperaturas muy elevadas; resistentes a la corrosión, y a factores químicos. Por todas estas características la industria gráfica los comenzó a utilizar como material primordial para la realización de POPs. El más común es el acrílico, pero hoy la variedad se extendió al PETG, PVC, EL poliestireno y el coroplast. Para su elección se tiene en cuenta que cada proyecto de POP es distinto por si mismo, su diseño y material de fabricación variará de acuerdo con las necesidades de cada cliente. Entre las muchas variables se deberá contar con toda la información técnica y características físicas de tu producto para determinar por ejemplo la carga o hacer un correcto acomodo para maximizar su exhibición. Además, la durabilidad de un display tiene que ser la misma que la de la campaña. No sirve de mucho fabricar un display que durará un año si la campaña es de tres meses o viceversa. Cada tipo de canal de distribución tiene características y requerimientos únicos que hay que considerar para seleccionar materiales adecuados, además de que hay procesos y materiales que pueden utilizarse sólo a partir de ciertas cantidades. Según diferentes estudios, 66% de las decisiones de compra en cualquier tienda de autoservicio se hacen en el mismo punto de venta. Así mismo, en la mitad de estas ocasiones las compras se hacen por impulso, lo que da una idea clara de la importancia que tiene el punto de venta como factor decisivo en la venta de cualquier producto. 08 de marzo de 2017 – ep