La tinta blanca siempre es una opción original y elegante que puede imprimirse sobre todo tipo de papel.
El blanco es más blanco, pero no se pueden imprimir degradados o sombreados.
Hasta hace poco la serigrafía era la única técnica de impresión que permitía trabajar con tinta blanca. Este tipo de impresión se usa para estampar textiles e imprimir en todo tipo de materiales. Se suele realizar de forma manual.
Se trata de una técnica de impresión que transfiere tinta o pintura a través de un marco con una malla tensada de nailon. La malla deja pasar sólo tinta por las partes que se corresponden con la imagen.
Ya que este tipo de impresión utiliza más tinta que los otros dos, la tinta blanca lucirá más densa y opaca con esta técnica. El blanco es más blanco, pero no se pueden imprimir degradados o sombreados.
La desventaja se lo lleva la precisión y la definición que no es tan positiva como la que ofrece el Offset. Los objetos pequeños no quedarán muy bien definidos y lo mismo sucederá con los textos de tamaño pequeño, que puede afectar a la legibilidad del texto.
Imprimir en tinta blanca en digital
La impresión digital con tinta blanca cuenta con grandes ventajas y ayuda a cubrir parte de los problemas que presenta la impresión Offset o impresión por serigrafía. La tinta se seca casi de forma inmediata y se imprime de forma opaca. El color blanco queda nítido y fuerte. No hace falta realizar más de una pasada por el mismo soporte, lo que agiliza mucho la impresión.
Con los últimos avances la impresión digital con tinta blanca cuenta además con mucha definición. No presenta problemas con los textos o formas pequeñas como sí sucedía en la impresión permeográfica.
Además, al ser impresión digital se podrá imprimir más de una versión sin encarecer el precio, algo que no sería factible desde la impresión Offset. Esta técnica de impresión resulta más económica para tiradas cortas (por ejemplo por debajo de 500 unidades) y el proceso es mucho más ágil y rápido que en las citadas anteriormente.
También permite imprimir en degradados y no necesariamente con tintas planas como nos limita la serigrafía. Otra ventaja es que existen máquinas de cinco cuerpos que además de imprimir con tinta blanca imprimen también en CMYK.