Claves para el proceso de convertir tinta seca en vaporosa por inducción de calor y transferir a otro material.
La sublimación es el proceso de transferencia de una imagen, texto o su combinación, desde un papel especial a telas, mediante la aplicación de una temperatura de alrededor de 240 ºC sobre el original y la prenda.
El proceso implica convertir tinta seca especial en vaporosa por inducción de calor y transferir a otro material, ya que sublimación es el cambio de la materia de estado sólido a gaseoso sin pasar por el líquido y el proceso contrario.
La tinta de sublimación contiene pigmentos suspendidos y se usan cabezales de impresoras piezo de tintas termal que funcionan sobrecalentando la tinta del cartucho, lo que produce burbujas de vapor dentro del cartucho y hace que la burbuja de tinta caiga en los materiales.
Otro concepto es el de fusión química, frente a otros procesos de transfer que se realizan mediante la acción de algún termo adhesivo. En estos últimos la durabilidad está sujeta a la calidad del adhesivo, mientras que en la sublimación, la imagen transferida ya forma parte de la materia.
Existen tres variables principales en todo proceso de transferencia: presión, tiempo y temperatura. El valor adecuado de cada uno de ellos depende del tipo de transfer y del material sobre el cual se realiza la transferencia.
La impresión se realiza mediante planchas tratadas, situadas sobre cilindros, dos por cada color (cyan, magenta, amarillo y negro) dando lugar a una impresión a color de dos caras.
El offset se basa en el principio físico de repulsión agua-aceite que no se mezclan. Los elementos impresores aceptan la tinta grasa y rechazan el agua, y los blancos rechazan la tinta y aceptan el agua.
La imagen a imprimir, una vez colocada en la placa, recibe la tinta y el resto adsorbe el agua, así la imagen entintada es transferida al otro rodillo, que lo transfiere al sustrato. El sistema offset es el más utilizado por los impresores por la combinación de buena calidad y economía.
La tinta DYE es generalmente mucho más fuertes y pueden producir más color de una densidad dada por unidad de masa, porque el tamaño de partícula es menor que el de un pigmento.
Sin embargo, debido a que los colorantes son disueltos en una fase líquida, tienen una tendencia a ser absorbidos por el papel, haciendo a la tinta menos eficiente y permitiendo que se corra de su lugar, produciendo un efecto de salpicado de poca calidad en la impresión, pero tienen mayor transparencia que los pigmentos.
Las impresiones en este tipo de tinta son de mayor luminosidad, aunque se decoloran con los rayos del sol y se corren. Aún así existe una tinta específica para cada marca de impresora.
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