UN MUNDO MÁS ILUSTRADO

La ilustración ofrece múltiples posibilidades a la hora de trabajar sobre las vidrieras o expositores de los locales comerciales. Esta primera parte reseña esa tendencia.

 

La ilustración ha triunfado en todo el mundo desde siempre.


En un mundo en el que prácticamente solo se utilizan imágenes fotográficas, utilizar una ilustración, sobre todo de gran formato, con colores vivos y combinaciones inusuales, es una buena forma de llamar la atención.
Históricamente, uno de los lugares donde más se ha batallado para destacar y vender productos ha sido la calle, el camino por donde pasean las personas y miran las vidrieras, que influyen en el proceso de decisión ya que aunque la compra se realice online los centros comerciales y las boutiques son lugares para entrar, ver y tocar los artículos y generar una imagen general de qué elegir.
La ilustración ha triunfado en todo el mundo desde siempre. En la década de 1920, las tiendas utilizaban ilustraciones para atraer a los ciudadanos y convertirlos en clientes, con diseños creados por artistas como Erté, un innovador de la ilustración del siglo XX.
La publicidad se vuelve más convincente en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales. Los artistas que pintaban los carteles diseñaban imágenes más concretas y cada vez más atrevidas que las técnicas de impresión ayudan a modernizar, lo que posibilita que las copias sean más precisas, las composiciones más dinámicas y los colores más vivos.
Los grandes almacenes Harrods de Londres son un ejemplo de las nuevas tendencias de esta época, al igual que Macy’s en Nueva York. Todas las grandes capitales del mundo ven sus calles iluminadas y con un gran colorido gracias a los carteles que marcan las estaciones y los días festivos.
En Italia, los grandes almacenes La Rinascente de Milán juegan un papel fundamental entre 1950 y 1960 en la experimentación y desarrollo de nuevas formas de comunicar y fomentar la compra. Contratan a diseñadores, artistas e ilustradores como Bruno Munari, Max Huber y Albe Steiner para darle más atractivo a las tiendas por dentro y por fuera.
La ilustración es versátil: puede hacer de fondo a las escenografías montadas en los locales, estar en primer plano cuando está directamente en la vidriera ser un motivo gráfico cuando se repite o tener una mera función decorativa.
Entre 1970 y 1990 cambia la comunicación, llegan las franquicias, las grandes cadenas, todo se globaliza, los idiomas se mezclan y mientras, la ilustración vive un periodo de crisis, ya que la fotografía le quita espacio.