Tintar telas con extractos de té protege de los rayos ultravioleta, según un estudio publicado en la revista Dyes and Pigments. Un equipo de investigación tintó con tres variedades de té (verde, rojo y negro) telas de algodón y analizó la capacidad fotoprotectora de los textiles resultantes. La tela de algodón teñida mediante ebullición con extracto de té rojo presentaba la protección ultravioleta más alta, con un valor obtenido muy superior al de las otras muestras estudiadas. Con todo, las tres variantes de té ofrecían valores de fotoprotección aceptables. Esos valores se midieron con la misma normativa que se aplica, por ejemplo, para las cremas de protección solar y según María Bonet, del Grupo Gestión Integral en la Industria Textil del campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de Valencia, encargada del estudio junto al IIS La Fe, “se ha podido determinar que se pueden alcanzar los valores máximos que determina la escala; es decir, que llega a un índice o factor de 50”. Para la evaluación de los extractos, los investigadores emplearon técnicas espectrofotométricas de caracterización y determinaron su capacidad antioxidante. “Una vez aplicados sobre los tejidos, observamos el cambio de coloración que experimenta el tejido y la capacidad de proteger frente a la radiación ultravioleta”, apunta la investigadora de la UPV. Los resultados de la investigación podrían llegar a ser una opción “más respetuosa con el medio ambiente y comercializarse como alternativa a los textiles fotoprotectores actuales, que contienen metales”, dijo Natividad Sebastià, del equipo investigador del IIS La Fe. Sobre su implantación en la industria, los investigadores apuntan que no serían necesarias adaptaciones extraordinarias, pues se podría aplicar por procesos convencionales de los tratamientos en húmedo de textiles, “tanto por agotamiento como por impregnación o incluso por pulverización”, apuntó Bonet. Otro aspecto será la posibilidad de utilizar desechos de la industria. ”Nuestro objetivo no se centraba en la materia prima en sí, sino en los residuos que se generan una vez que se ha empleado por la industria alimenticia correspondiente. De este modo se está revalorizando el residuo y se funcionaliza los textiles dotándolos de nuevas propiedades”, añadió Bonet. El trabajo abre la puerta a nuevas aplicaciones en indumentaria específica para personas con fotosensibilidad. 22 de febrero de 2017 – ep