Si bien los sustratos para el gran formato son diversos, el vidrio ofrece una serie de ventajas que lo hace elegible al momento de realizar los trabajos.
Las gigantografías comenzaron a ser grandes posters impresos sobre materiales vinílicos y papel, sin embargo otros sustratos han ido apareciendo a medida que la tecnología ha ido avanzando y nuevas tintas abrieron el abanico de posibilidades.
La impresión sobre vidrio claro, laminado y templado lleva varios años realizándose con tecnologías inkjet-UV, grabado y serigrafía; pero, esta base se fue popularizando tras la aplicación del método de impresión digital cerámica directa en un paquete integrado por una impresora industrial, tintas cerámicas y el software adecuado para el manejo de la imagen.
Estas tintas tiene mayor durabilidad y estabilidad de los pigmentos, mejor definición de colores en alto contraste y compatibilidad con una gran gama de vidrio-sustratos. Además, este sistema se distingue por su resistencia a arañazos, rasgado, radiación ultravioleta y clima, más su versatilidad en la respuesta al reflejo y la transmisión de la luz sobre el gráfico.
La mayoría de los equipos utilizados para este tipo de impresión pueden alcanzar resoluciones de hasta 1.410 dpi, con tamaño de gota variable y recirculación automática de tinta.
Se ofrecen equipos que permiten imprimir con una resolución de 800 dpi sobre áreas de hasta 2.5 por ocho metros utilizando materiales inorgánicos en sus tintas; otros llegan a los 1.200 dpi con tinta blanca y multicolor, y los que trabajan entre 600 a 1.200 dpi con tintas CMYK, light cyan, light magenta y blanca.
El vidrio aumenta las posibilidades de aplicaciones de la gigantografía debido a que puede ser utilizado, además de la publicidad o tematizar espacios públicos, para utilizarse en la restauración de elementos como vitrales y la protección de edificios históricos.
22 de noviembre de 2017 – ep